I SURVIVED TO THE MUDANCING

(No hagáis mucho ruido. Que no se entere el vecino que le estoy robando el wifi)

Amigüitos, fue duro, fue costoso, fue muy cansino, pero acabó (en teoría) la mudanza. Ya estoy instalada en el nuevo pisico/pisazo al que me han traído el trio murciano. Voy a resumir un poco el transcurso de acontecimientos en gerundio:

-1 empaquetando en piso viejuno.

-2 mudándonos de piso viejuno a piso nuevo

-3 mudados a piso nuevo (lo sé, este no es gerundio, denunciarme si queréis)

Por lo que vi, el punto 1 fue muy jodido, en aquella casa viejuna se amontonaban las pertenencias de los 3 muchachos (no sé pa que tienen tantas cosas). Y si no lo creéis, mirad como tuvo que irse el del pedido de comida china después de traer la cena:

No fue tan duro el 1 como el punto 2, que los mu pesaos tardaron un día entero en hacerla, y ochentamilun viajes de ida y vuelta. Aquí me quiero detener un poquico. Creí que se olvidaban de mí, pasaba el tiempo (despacico) y desaparecían cajas y cajas, hasta no quedar nada más que yo y un espiderman cartoné, era él o yo. Lo miré desafiante y le dije que sus mayas ajustadas no me asustaban nada. Pero no hubo necesidad de machacarle el cráneo al spiderman cartoné negro. Qué desconfiada soy, resulta que me guardaban para el último viaje, para que no hubieran apretones. Viajé en primera clase, es decir en el salpicadero. Y amigos, lo flipé.

De repente me dí cuenta: era ¡mi primer viaje en coche! Qué velocidad que coge esa endiablada máquina a locomoción sin pezuñas. Acostumbrada a mi vida sosegada en la tortuguera, sin prisas, de repente subida en ese coche comprendí lo que debió de sentir mi admirado amigo Chewaka cuando ponían el halcón milenario a la velocidad de "a tope". Yo fui todo el viaje viendo esto únicamente:

Ahora estoy en pleno punto 3. Ya asentada en el lugar donde parece me quedaré. Os enseñaré fotos más adelante, cuando aparten cajas, basura y bultos de mi camino. Estoy calentita (hay calefacción por aquí) y bien. Pero... siempre hay un pero asombrado detrás de una pera madura. El "pero" es que he sufrido los daños colaterales de la mudanza. No os asustéis, yo estoy bien, pero mi tortuguera no tanto. Alguno de estos patanes, le ha dado una patá a mi tortuguera mientras portaban sus insignificantes asuntos encajetados, y me han jodido (perdonar la expresión salida de toni, digo tono...) Ay, se me ha escapado el culpable. Podía haber sido peor, pero no lo ha sido.

Una última cosa sorprendente a mis ojos tortuguiles, y que viereis los próximos que vengan a fotarse conmigo: En este nuevo hogar, no paro de darme susticos cada vez que me giro, creo que tengo gemelos, pero luego la realidad me golpea y veo que estoy sola frente a espejos. En este lugar hay demasiados cristales reflejantes y yo no mido las distancias tan bien, me creo que puedo correr a abrazar a un semejante, que luego resulto ser yo, ayy, que chascos se lleva una en la vida. En fin que una servidora ya está mudada de casa y pañales, muy agustete. No sus preocupeis y venid a saludarme de vez en cuando.