HACIENDO LA MALETA

Tranquilos, no me vuelvo a escapar de casa. Ayer se sentaron ante mí Carlos, Toni y David, y muy serios me dijeron: "Rita, tenemos que hablar contigo". Uuuuy, a temblar me puse con lo de "tenemos que hablar" esa frase nunca fue un inicio prometedor, es la misma que me dijo mi padre después de que los de la tienda de animales les soltaran un millón de euros en gambas.

Pero las noticias no eran tan malas, yo creo que buenas, me dijeron que hiciera las maletas porque nos mudábamos los cuatro a un nuevo hogar, un hogar en el que habrá calefacción. Fue oír la palabra "calefacción", y no os podéis imaginar los saltos de alegría que dí, parecía Nadia Komanechi con caparazón. Es que, joder, paso más frió que un frigodedo con estas aguas gélidas que me ponen.

Así que amigüitos, estoy recogiendo un poco todo y metiéndolo en esta maleta que me ha regalado la dueña de For (For es una gatita que visita a diario mi blog, y me han dicho a través de intermediarios que me quiere conocer para juegar)

¡A que mola mi tortu-mochila!


Tampoco tengo tantas cosas que meter, mi flamante tortuguera y mucha ilusión por conocer el nuevo hábitat en el que me van a tener estos gañanes, espero que sea decente y que me pongan encima de la estufa.


Ya os contaré cómo acaba todo. Pero no las tengo todas conmigo, que esta gentuza no hace nada a derechas, y lo mismo nos pasa lo que al viejo amigo Tom.